El hombre más obeso del mundo quiere ponerse de pie y casarse

"Deseo poder pararme y también poder casarme", dijo el miércoles en su cumpleaños número 43 el mexicano Manuel Uribe, considerado por el Libro Guinness de los récords como el hombre más gordo del mundo, pues llegó a pesar 560 kilos, aunque ahora ha bajado a 320. "Le doy gracias a mi Dios que estos dos años de dieta han servido mucho, clínicamente aún no me permiten salir y para mí aún es difícil moverme, pero he avanzado mucho", dijo Uribe a la AFP durante su fiesta de cumpleaños en la ciudad mexicana de Monterrey (norte del país). Uribe vive postrado desde hace diez años en su cama debido a que perdió la movilidad completa de sus piernas y la posibilidad de incorporarse a raíz de su peso. "Siento muy bonito que los doctores me dijeron que ya perdí 240 kilos, yo me siento mejor. Lo único que pedí de regalo en mi cumpleaños es poderme parar y poderme casar como debe de ser, y aunque sé que todavía no puede ser, estoy seguro que ya pronto", explicó.
En marzo pasado intentó salir de su casa, pero un accidente vial de la grúa en la que era transportado puso en riesgo su vida y el viaje fue cancelado. De acuerdo al mexicano, en esa ocasión "quería salir para festejar a mi novia, cumplía 38 años, y el alcalde de Santiago (localidad cercana) nos había preparado un festejo, pero no se pudo".
Después de recibir las felicitaciones de amigos y familiares y resistirse a probar su propio pastel, ya que no entra en su dieta, Manuel recordó con sonrisas que conoció a su novia "hace como cuatro años; ella es peinadora y ya llevamos dos años de novios, estamos enamorados, somos una pareja casi normal".
"En realidad, ya en serio, somos una pareja, hemos tenido relaciones (sexuales) y yo sé que a los ojos de Dios mi señor ya nos casamos, pero aún no hemos pisado la iglesia, ni hemos hecho ceremonia", señaló.
Su novia, Claudia Solís dijo que "independientemente de lo que me llegan a decir y lo que opinen los demás, la hemos pasado muy bien juntos y cuando es necesario le sirvo con mucho gusto, desde ayudarlo o más bien, bañarlo, hasta ayudarlo en sus necesidades (fisiológicas)".
El ex comerciante pidió a las asociaciones internacionales y benefactores del mundo que apoyen su asociación que lleva su nombre, ya que, dijo, "no sólo es a mí, ayudan a prevenir que mucha gente sea discriminada por tener sobrepeso, les ayudamos en su tratamiento y a mejorar su autoestima".

 

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