La ONU anuncia la reestructuración de la presencia internacional en Kosovo

La ONU anunció el jueves una reestructuración de la presencia internacional en Kosovo, que aumentará el protagonismo de la Unión Europea (UE), una vez que entre en vigor el 15 de junio su Constitución, símbolo de una soberanía a la que Serbia se opone con el apoyo de Rusia.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, informó ante el Consejo de Seguridad de su intención de reconfigurar la Misión de la ONU en Kosovo (MINUK), transfiriendo sus principales responsabilidades a la UE, que "asumirá progresivamente mayores responsabilidades" en materia policial, judicial y de aduanas.
La responsabilidad de la ONU se limitará a tareas de "supervisión y control", a "facilitar" acuerdos para que Kosovo participe en tratados internacional y a promover "el diálogo entre Pristina y Belgrado".
"A menos que el Consejo de Seguridad lo decida de otra manera, la resolución 1244 seguirá siendo el marco legal del mandato de la ONU" en Kosovo, recalca Ban.
La resolución 1244, adoptada en junio de 1999, al final de la guerra entre las tropas serbias y la guerrilla independentista kosovar albanesa, otorgaba a Kosovo una autonomía considerable bajo soberanía serbia y daba un mandato a la MINUK para administrar el territorio con la ayuda de la OTAN. No se pronunciaba sobre el futuro estatus de Kosovo.
Serbia, opuesta a la unilateral independencia de su provincia, proclamada el pasado 17 de febrero, y su aliado, Rusia, afirman que la proclamación de la independencia viola la resolución 1244 y los principios de la Carta de la ONU sobre la integridad territorial de los Estados.
El informe de Ban aclara que "la policía kosovar que opera en las zonas de mayoría serbia actuará bajo supervisión de la policía internacional, y ésta a su vez bajo la autoridad de (su) representante especial".
Con anterioridad, el primer ministro kosovar, Hashim Thaçi, había anunciado una reconfiguración de la MINUK "de acuerdo con la transición y el funcionamiento de Kosovo como Estado soberano e independiente".
Este proyecto suscitó una reacción virulenta de Rusia que reclamó la destitución del jefe de la MINUK, Joachim Ruecker, y calificó de "escandalosa" la idea de recortar las competencias de esta fuerza.
Inicialmente la MINUK debía ir cediendo su lugar a una misión de la Unión Europea (UE), la EULEX, encargada de "acompañar" a Kosovo en el proceso de independencia.
Serbia y Rusia consideran que esta misión europea, que no ha recibido el aval del Consejo de Seguridad, es "ilegal" e insisten en que se mantenga la MINUK.
A causa de la negativa de Rusia, miembro permanente del Consejo de Seguridad, y de Serbia el despliegue de la EULEX fue suspendido.
En Bruselas, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) decidió apoyar el jueves el lanzamiento de una nueva fuerza de seguridad nacional en Kosovo, una idea que aumentará las tensiones con Rusia y Serbia.
"La OTAN supervisará el desmantelamiento del Cuerpo de Protección de Kosovo (KPC) y la creación de una Fuerza de Seguridad bajo control civil" que será multiétnica y estará equipada con armas livianas", anunció el portavoz de la Alianza, James Appathurai.
Los ministros de Defensa de la OTAN analizaban el delicado período de transición que se abre en Kosovo el domingo.
"Todas las instituciones de Kosovo funcionarán de acuerdo a la Constitución (...) que estará vigente en todo el territorio", afirmó el primer ministro kosovar.
La ONU ha previsto ceder parte de su autoridad al gobierno y al Parlamento kosovar una vez la Constitución entre en vigor, aunque la seguridad seguirá en manos de la Fuerza de Kosovo (KFOR), la fuerza multinacional de la OTAN integrada por 17.000 militares y desplegada en Kosovo desde el final de la guerra.
Sin embargo, los representantes de los 120.000 serbios que se quedaron en Kosovo tras la independencia y que se concentran sobre todo en el norte, ya han anunciado que no aplicarán la nueva Constitución.

 

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